En cada dibujo, se puede admirar el espectacular estilo que tenían las señoras de aquel tiempo, que siempre solían vestir trajes de costura, entre otros, de Chanel, Schiaparelli, Lanvin y Vionnet que eran verdaderas joyas. Desde los sencillos camisones hasta las batas eran creadas a mano de forma meticulosa. Como os podéis imaginar, suponía un coste altísimo el hecho de poder vestir así de elegante. Según me comentó ayer el periodista Jesús Cano, que fue quien me acompañó a ver la exposición, las damas de alto poder adquisitivo tenían que tener un mínimo de 8 trajes por temporada e incluso se podían cambiar hasta 4 veces al día (hora matutina, hora del té, cocktail y cena). Me quedé “envidiosa” pensando la descendencia que ha podido heredar semejantes maravillas.Fonte/Hola.
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